No acostumbro hacerme eco en esta bitácora de materiales editados en otros idiomas y menos aún si vienen subtitulados en inglés y en español, pero en esta ocasión haré una excepción pues el vídeo bien vale la pena.
Se trata de un corto animado que ilustra la vida cotidiana de Shota, un niño japonés que padece TDAH. En él se enfatiza cómo el protagonista percibe sus deficiencias, la incomprensión e incluso el rechazo de sus compañeros de colegio, así como la angustia y el desaliento de su familia.
El corto es de una expresividad innegable hasta el punto de llegar a conmover el ánimo, y constituye una herramienta idónea para concienciar sobre los problemas de las personas que sufren este trastorno. No obstante, adolece de falta de una información imprescindible en un material de estas características. A lo largo de los siete minutos de duración, no se dedica ni uno solo a la importancia del diagnóstico precoz ni a las posibilidades y ventajas de someterse a tratamiento.
Entiendo que, tras ver el vídeo, a los padres de los afectados les invada una sensación de frustración, cuando no de desamparo, pues el mensaje que reciben es el de la resignación más absoluta, si bien regada, claro está, con un buen chorro de comprensión y cariño.
Así es al menos como yo lo veo. ¿Y ustedes?